Criado en Bristol en la década de 1970, Cockwell estaba "loco por los barcos" desde muy joven. Su padre compraba y trabajaba en un viejo bote salvavidas, con la ayuda de su hijo, muy dispuesto a ello, siempre que estaba en casa de permiso de su trabajo en la construcción en Arabia Saudí.

Desde los siete años, Cockwell conducía un bote con un motor fuera de borda Seagull por los muelles de Bristol, remolcando los barcos hundidos hasta la grúa manual de la comunidad para obtener dinero de bolsillo. A los 11 años le regalaron su primer yate, un drop-keeler de 17 pies. Lo arregló y pronto empezó a navegar en solitario por el Canal de Bristol, un tramo de agua notoriamente peligroso con mareas dramáticas y un enorme oleaje procedente del Atlántico.

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